La esclerosis múltiple o EM es una enfermedad autoinmunitaria que afecta al sistema nervioso central, afectando sobretodo a mujeres de edades comprendidas entre los 20 y los 40 años.
Actualmente no sabemos cuales son las causas que provocan la esclerosis múltiple, pero se piensa que puede ser producida bien por un virus, un defecto genético o por factores ambientales. Lo que si sabemos es que no es ni una enfermedad contagiosa ni hereditaria.
Lo que ocurre en esta enfermedad es que se produce un daño de la vaina de mielina, la cual es la capa protectora de las neuronas. Lo que esto conlleva es que se produzca una disminución de los impulsos nerviosos e incluso puede llegar a ocurrir que se detengan.
Por otro lado, tampoco existen unas pruebas concretas para diagnosticar dicha enfermedad por lo que se llega a su diagnóstico mediante el descarte de otras enfermedades.
Desgraciadamente tampoco disponemos de una cura, por lo que es una enfermedad crónica y por tanto, lo que se pretende es controlar los síntomas para que el paciente pueda llevar a cabo una vida normal.
Hay cuatro tipo de esclerosis múltiple:
- Remitente-recurrente (EMRR). Es el tipo de esclerosis múltiple más frecuente y se caracteriza por la aparición de brotes imprevisibles.
- Progresiva secundaria (EMSP). Se caracteriza por el empeoramiento del grado de discapacidad entre un brote y otro. Este tipo de esclerosis empieza a aparecer a partir de los 35 años y aproximadamente el 40% de los pacientes que padecen EMRR lo desarrollan.
- Progresiva primaria (EMPP). Representa solamente el 10% de los pacientes que padecen esclerosis múltiple y se caracteriza por una ausencia de brotes definidos pero que empieza lentamente y que lleva a un empeoramiento constante.
- Progresiva recidivante (EMPR). Es el tipo de esclerosis menos común y se diferencia de los demás en que el paciente padece brotes agudos y claros.
Finalmente, a pesar de que los síntomas pueden variar entre pacientes los más comunes son:
- Pérdida de equilibrio
- Entumecimiento
- Dificultad a la hora de mover los brazos y las piernas llegando a encontrarse con problemas para realizar movimientos coordinados.
- Temblor en brazos y piernas.
- Espasmos musculares
- Dificultad para caminar
- Fatiga
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